Detrás de las Apariencias
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“Con La vara que midan serán medidos?
Es muy humano lo se y nos pasa muy seguido, que al cruzarnos con los otros los juzgamos ágilmente, los miramos a los ojos y colgamos de su imagen adjetivos y prejuicios, no los vemos realmente, no escuchamos sus palabras, las que traemos por dentro, parece son suficientes.
¿Y qué sabemos nosotros del interior de cada humano? ¿De sus miedos y sus luchas? ¿De sus fracasos y victorias? ¿De sus miserias y glorias? Me parece que muy poco para poder valorarlos, para poder entenderlos, sólo vemos un reflejo y nos perdemos el resto.
Mi propósito el día de hoy, no es señalar lo que muchos ya sabemos, más bien quiero compartirles algunos pequeños secretos para aprender a observar, para escuchar con atención, para poder valorar con esperanza, a aquél que el mismo Dios hizo a su imagen y semejanza: EL Ser Humano.
Primer Secreto. Para poder escuchar tenemos que aprender a callar, a apagar las voces que llevamos por dentro, a abrazar el silencio sin temor y, es que tenemos tanto miedo que de forma continua estamos hablando, escuchando música, escondidos entre el bullicio y los murmullos.
Olvidamos que el silencio madura el alma y el corazón, nos revela nuestros más profundos sentimientos y nuestro verdadero yo. Así que aprendamos a callar, a escuchar a los demás, dejémonos sorprender por lo que nos van a contar, no interrumpamos la conversación , no pretendamos de inmediato aconsejar, compartir nuestras experiencias similares.
SILENCIO, para dejar que el otro se sienta cómodo, con la libertad de compartirnos sus ideas, sus experiencias, sus sentimientos.
Segundo Secreto. Para poder ver la realidad hay que aprender a observar sin juzgar, simplemente mirar lo que aparece frente a nosotros sin colgarle etiquetas ni prejuicios.
Si hiciéramos la prueba de observar como los niños, con asombro, con novedad, seríamos capaces de apreciar lo que se muestra frente a nosotros: Un paisaje natural, una puesta de sol, una sonrisa sincera, una mirada de amor, un abrazo de amistad y muchas cosas más.
Si logramos evitar asumir una postura antes de observar atentamente, entonces llegaremos a descubrir el misterio de cada cosa, de cada ser vivo. No inventaremos historias, no haremos conjeturas, simplemente compartiremos con otros el infinito valor de la existencia.
Tercer Secreto. Para aprender a valorar la realidad, ten esperanza en la vida y en los demás.
Sobre lo que habrá de venir, seguramente todos los días tendrás suficientes motivos y razones para desconfiar de algunas personas, de esperar catástrofes, de mirar con intranquilidad alrededor de ti, los acontecimientos que se viven en todo el mundo y en tu ciudad: Violencia, inseguridad, impunidad.
Recuerda, que cada día tienes ante Ti, la gran oportunidad de usar tu libertad de elección, de decidir si vives a la defensiva o si asumes una actitud constructiva, de fe, de quien todavía espera encontrar en los demás: sinceridad, honor y lealtad.
Es difícil creerlo, pero todavía existen alrededor de ti, personas que viven con estos valores y principios, no se puede negar el mal en el mundo, ni la maldad de muchos seres humanos,
Pero a este mundo le hace falta amor, esperanza, compromiso, y si cada día nos sumamos muchas personas a vivir de esta forma, juntos podremos entonces hacer un mundo mejor para los que vienen detrás.
No se si mis palabras te parezcan posibles o una ingenuidad, pero muchos grandes avances y cruzadas de la humanidad: viajar a la luna, conseguir la igualdad de las razas, vencer la tiranía a través de la paz, fueron llevadas a cabo por personas con gran espíritu y deseos de cambiar y mejorar su realidad.
Tu decides que rumbo darle a tu vida, seguir en la indiferencia y la pasividad, viviendo detrás de las apariencias…
O Por el contrario, puedes comprometerte, tomar la iniciativa, crear lazos de humanismo con los demás. Hoy te he mostrado un camino, escuchando con atención, observando sin juzgar, valorando con esperanza la dignidad de todos aquellos, que detrás de las apariencias podrían ser: un amigo, un vecino, un hermano, o tal vez tu mismo.
¿Qué prefieres maldecir la obscuridad o encender una luz?
Para cambiar o transformar la historia, se necesitan hombres y mujeres que sean capaces de ponerse de pie, de levantar la voz para defender sus ideales.
Al final, lo verdaderamente importante no es mirar de donde vienes, sino fijar la vista y el corazón hacia dónde quieres llegar.
Sergio Moreno Ibarra
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